jueves, 12 de febrero de 2015

Querido Diario: Día 25


Ya respiro tranquila. Marta me tiene todo el día en vilo... ¡A ver qué se le ha ocurrido hoy!


Día 25

Le llaman la atracción de lo prohibido.O estar más loca que una cabra. Llamadlo como queráis. La familia de Chia me lo prohibió. Mi madre me lo prohibió y mi sentido común también me aconsejaba lo contrario, pero no pude evitarlo. Volví al cementerio y busqué mi lápida. Esta vez no cogí el autobús 34. Paseé sin rumbo y cuando creí que nadie podría seguirme cogí un taxi. Le pedí que me dejara cerca del cementerio, pero no en la misma puerta. El taxista resultó ser del barrio y me preguntó de dónde era. Curioso. Desde que llegué a Zaragoza era el primero que se daba cuenta de que no era una mañica más... Le dije que era canaria y estaba en Zaragoza por trabajo, y con eso, Demi, que así se llamaba el taxista (de Demetrio, me explicó) se apresuró a hablarme de la cárcel y del antiguo laurel. 

-Yo estuve preso allí, ¿sabe? En la cárcel, pero tranquila, fue por insumiso... ¡que no quería hacer la mili, vamos! Claro, los de vuestra generación viven muy bien, pero nosotros... o mili, o trabajos sociales o cárcel... 

Mi hermano fue de los últimos quintos que tenía la obligación de hacer la mili. Recuerdo que pidió todas las prórrogas posibles y al final, pudo cambiar las armas por colaborar de voluntario en una ONG de familias de niños con cáncer. Fue una experiencia que le caló muy hondo a él y a toda la familia. Un fuerte frenazo me sacó de los recuerdos. 

-Ya hemos llegado, chavala. Mira, justo aquí estaba la cárcel. Y allí, un laurel que entonces estaba también preso dentro del patio de la prisión. Ese laurel, al derribar los muros y los barrotes quedó libre, pero cosas de la naturaleza,... al poco tiempo murió. 


Una bonita historia, que al llegar a casa buscaría seguro en Internet, y se lo contaría a mi hermano,... ¡le echo tanto de menos!  (Entra y lee, te gustará

En el cementerio nada había cambiado desde mi última visita (recuerda qué susto me llevé el DÍA 8) pero afortunadamente la niebla había dado paso a un día frío, pero soleado. Caminé entre las calles con nombre de letra hasta llegar a la J, bloque 3. Ya no había lápida, solo un hueco negro y anónimo en el que parecía,... parecía sobresalir algo... 

(sigue)
Le llaman la atracción de lo prohibido.O estar más loca que una cabra. Llamadlo como queráis, pero me asomé al agujero y al fondo vi una cajita metálica, ¿y si es un mensaje de mi hermano, pensé? Miré alrededor y no vi gente, así que me encaramé y traté de alcanzar la caja. No llegaba, así que me adentré más en la fosa... ¡Nunca habría imaginado que fueran tan profundas! Ya tocaba la caja con los dedos cuando la poca luz que entraba por el agujero desapareció...Alguien había tapado el nicho y mi única posibilidad era gritar...y rezar porque hubiese cobertura para móviles...

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